practica ciclica

Mis nombres son Franca Maia, me identifico como mujer, y enseño y aprendo la práctica de Yoga. Este es un texto en donde busco enlazar conocimientos; en cuanto comencé a reconocer en qué momento del ciclo ovulatorio-menstrual me encontraba empecé a prestarle atención a cómo iba mutando mi práctica personal también.

Estas palabras son una invitación a la auto-observación, a reconocernos como una y muchas a la vez.

Históricamente, hablar de menstruación ha sido un tabú. Todo lo que rodea a nuestro ciclo ha estado cargado de negatividad: mandatos, prohibiciones, dolor y vergüenza. A medida que las sociedades “avanzaban” más tecnologías se inventaron para que nuestra sangre estuviera oculta. Como un círculo, cuánto más la ocultabamos, más vergüenza nos daba y más nos alejábamos de nuestra corporalidad, quedando el saber sobre la misma en manos del saber médico, generalmente encarnado en hombres. Mientras el estigma se anclaba en las sociedades nuestros cuerpos no paraban de sangrar, generación tras generación.
Gracias al camino recorrido por otras mujeres antes que nosotras, podemos empezar a pensarnos hoy como cuerpos menstruantes: reconociendo y honrando así nuestra corporalidad cíclica. Nuestra naturaleza entonces nos pide ser re-apropiada, abandonando la herencia de que nuestro cuerpo, como el tiempo, es lineal e inmutable.

A nivel de la biopsicología hindú, conectar con nuestro ciclo menstrual implica trabajar directamente sobre nuestros primeros dos chakras.
Muladhara es el chakra raíz, su nombre significa fundación, se relaciona con el elemento tierra y con las habilidades del mundo físico y material.
Svadisthana es el segundo chakra, el que físicamente está relacionado con las gónadas.  Se conecta con el derecho a sentir, con la emoción, la energía sexual y la creatividad.
Visualizar la importancia del ciclar para la práctica de yoga implica también integrar al ciclo en nuestra búsqueda espiritual, abriendo la percepción para vivenciar las particularidades que éste nos da en nuestro trabajo energético, en el reino de lo sutil. 

Para armar este contenido me basé principalmente en el trabajo de Pabla Perez San Martín, investigadora Chilena que recopila mucha información en el Manual Introductorio a la Ginecología Natural. Para pensar sobre la práctica de asanas en cada momento del ciclo es fundamental el estudio que realiza Geeta Iyengar  en su guía para la práctica de las mujeres. Entiendo que es un trabajo que marcó un gran precedente, en donde se denota un amor profundo por la práctica y un compromiso con la salud de las mujeres. También he encontrado referencias en los aportes que realiza Miriam Escudero, mujer española creadora del método YogaFem,en el que adapta la práctica a las distintas fases de nuestro ciclo y vida.

 
El ciclo que planteo es de veintiocho días porque es el arquetípico, pero cada una conoce sus tiempos, sabiendo que esto es teórico y que la ciclicidad es subjetiva a cada cuerpo menstruante. No pretendo que estas palabras se adapten a todas ni en todo momento.

Bajo el título de cada fase comparto mi saber sobre qué le pasa a nuestro cuerpo y mente, y cómo esto se enlaza con nuestra práctica. Cada una se relaciona con una fase lunar y con una mujer arquetípica, en esto fue muy importante el trabajo que realizó Miranda Grey en su libro Luna Roja. En este texto utilizo los arquetipos de Pabla Pérez porque los encuentro más cercanos a nuestra realidad latinoamericana. Entre paréntesis, al igual que la autora, escribo el nombre de cada arquetipo en mapuche. 

Probablemente nuestra práctica se adapte a nuestro ciclo ya de forma intuitiva, de una manera que no es tan consciente pero que nos acompaña. Reconocernos como mujeres en el camino del yoga implica el entendimiento de que, al igual que nosotras, nuestra práctica muta. 

“El de sangrar es uno de los momentos donde se hace más evidente que estamos transitando un ciclo que marca la pauta de un constance fincipio. Como cualquier otro ser que habita en la tierra, nosotras experimentamos una naturaleza cíclica segundo a segundo” (Manual introductorio a la ginecología natural, página 149)

Fase menstrual
Días uno a siete, último día del sangrado. El primer día de sangrado es conocido como ser el primer día del ciclo.
Arquetipo: Mujer Sabia (kimche domo). La etapa menstrual es el momento del ciclo más propicio para la introspección, y la visión. Es una fase que se vincula con el recogimiento, el tiempo para la reflexión, bajar la velocidad y conectar con las capas más profundas de nuestro ser.

¿Qué le pasa a mi cuerpo?
El sangrado ocurre debido a la no fertilización del ovocito, que ha sido liberado por el ovario para ser fecundado y ha provocado que la capa más interna del útero (endometrio) se disponga a recibir a la placenta y a un posible embarazo. Esta capa se desprende cuando esto no sucede, el sangrado que vemos es esto, no el ovocito.
El cuerpo tiene menos energía.Por lo general necesitamos dormir y descansar más.

¿Qué le pasa a mi mente?
Conectamos con las necesidades más primarias, también con la naturaleza.
Nuestros procesos mentales se vuelven más lentos, aumenta la intuición, somos más conscientes de nuestros sueños. La fase menstrual es la fase en donde prima la introspección.

¿Cómo adaptar mi práctica?
Es la fase para escuchar con más atención a nuestra intuición, hacer lo que nuestro cuerpo nos está pidiendo. Trabajar la autoescucha.
A muchas el cuerpo les pide mucho descanso y recogimiento, entonces la práctica de asanas va hacia los mínimos, buscando trabajar en posturas que nos hagan sentir bien, ayudando a abrir las caderas y aliviar los dolores que pueda generar los movimientos de la útera.

En muchas escuelas, tradicionalmente, no se recomiendan las posturas invertidas durante el sangrado, ya que energéticamente estamos haciendo subir algo (la sangre) que tiende a bajar, a ir hacia la tierra. Entiendo que lo  importante es observar-se y practicar asanas según cada una lo sienta, reconociendo que cada luna es diferente.

Es un buen momento para hacer asanas en el suelo, permitiendo que nuestro centro se expanda y relaje:  supta parsva padangusthasana, supta baddha konasana,  supta virasana, pavanamuktasana (podemos hacer movimientos circulares con las piernas, buscando masajear la región del sacro).

Recomendaciones para experimentar:
Asanas que abran caderas: uttitha hasta pasva padanghustasana (equilibrio de pie con la mano en los dedos del pie, hacia el costado. variante tomando rodilla), ardha chandrasana
Asanas que ayuden a relajar el abdomen: adho mukha svanasana
Asanas que expandan las lumbares: prasarita padotanasana

Disfruto mucho de practicar baddha konasana y adho mukha virasana en esta fase, porque siento cómo se abren mis caderas y relajan mis lumbares, permitiendo que fluya la sangre hacia afuera.
También se recomiendan las flexiones hacia adelante, estas ayudan a llevar la circulación de la sangre hacia la pelvis y piernas: paschimottanasana, janu shirshasana, parivrtta janu sirsasana. Pueden ser realizadas con las piernas un poco más abiertas que de costumbre, dándole a nuestro centro el espacio que puede necesitar.


Fase folicular, preovulatoria
Días 7 al 14 del ciclo. Son los días entre que se termina la menstruación y se produce la ovulación.
Arquetipos: Doncella (malen), o niña.
Es un período donde todo comienza de nuevo. Crecimiento de la energía luminosa y radiante, momento de renacer, re-emerger con energías renovadas.
Momento luminoso, con mucha energía corporal y luz para creatividad

¿Qué le pasa a mi cuerpo?
Los ovarios se encuentran preparando un nuevo ovocito que expulsar, se va formando el endometrio que albergará a dicho ovocito. Los niveles de estrógeno comienzan a subir progresivamente.
Los líquidos comienzan a fluir mejor.
El cuerpo se siente renovado, dinámico, enérgico. Hay mayor tolerancia al dolor.

¿Qué le pasa a mi mente?
Tenemos mayor capacidad de concentración y atención. Es el momento para asimilar y poner en práctica aquellas ideas que surgieron durante la menstruación. Alto poder personal y de decisión.

¿Cómo adaptar mi práctica?
En su estudio, Geeta Iyengar plantea que éste es el momento ideal del mes para practicar asanas invertidas. Para ésto recomienda esperar un día después del sangrado si nuestros ciclos son “sanos”, y cinco días si estamos viviendo períodos dolorosos por diversos motivos.

Es un momento en el que podemos “exigirle” al cuerpo trabajando con estilos más dinámicos, siempre siguiendo nuestra intuición para auto-cuidarnos. Puede fluir más que en otros momentos en nosotras una práctica de ashtanga, o vinyasa dinámica. Podemos practicar asanas de fuerza de piernas, equilibrios sobre brazos, inversiones.
Es importante aprovechar esta fase para trabajar la constancia, no dejando toda nuestra energía en este momento, pudiendo equilibrarnos hacia el resto del ciclo.

Recomendaciones para experimentar:
En este momento del ciclo es cuando recomiendo que comencemos con la práctica de asanas que aún no podemos llevar adelante, que nos cuestan, nos dan miedo o aún no nos “sentimos capaces” de realizarlas.


Fase ovulatoria:
Días 14 al 21.  La ovulación en sí sucede en un período de 24 a 48 horas, en ese momento se libera el óvulo del ovario, pero una mujer puede entrar en gestación algunos días antes y después de ese momento.
Arquetipo: madre (ñuke). Se simboliza con la madre no sólo por su capacidad procreadora, sino también porque representa la abundancia, contención y nutrición, el poder de darse hacia lxs demás. Es el momento clave del ciclo, en donde nos encontramos más comunicativas y amorosas, aumenta nuestra fuerza y libido.

¿Qué le pasa a mi cuerpo?
Es el momento en el que el óvulo es liberado por nuestros ovarios. Es imposible saber el momento exacto en el que esto ocurre, pero conociéndonos podemos acercarnos bastante.
En torno al momento de la ovulación, algunas mujeres experimentan un leve dolor en uno de los lados de la región inferior del abdomen. Este dolor es conocido como dolor pélvico intermenstrual, puede durar desde unos minutos hasta algunas horas. Aparece por lo general en el mismo lado del ovario que libera el óvulo, pero se desconoce su causa, y puede no estar presente en todos los ciclos.

¿Qué le ocurre a mi mente?
Necesidad de expresión interna y externa. Más comunicativas, mediadoras, mejores oradoras. Esto facilita la recepción hacia lxs demás. Es un momento óptimo para equilibrar la expansión y la contención hacia lxs demás.

¿Cómo adaptar mi práctica?
Probar si las extensiones de columna y aperturas de pecho (anahata chakra) son más fáciles de hacer. Nuestra fuerza nos permitirá ir un poco más allá, haciendo posturas más exigentes y pudiendo  aumentar la intensidad de las actividades que realizamos la fase anterior.
También es positivo bailar, hacer actividades que permitan expresar los movimientos de nuestra útera, como flexiones hacia adelante para estimular svadhisthana.

Recomendaciones para experimentar:
Las torsiones nos ayudan a expandir el pecho, trabajando sobre anahata chakra: matsyendrasana y todas su variantes, anahatasana, gomukhasana, parivritta virasana.
Las flexiones hacia adelante nos ayudan a estimular svadhisthana, conectando con la energía expansiva que estamos viviendo: badha konasana, janu sirsasana, parivrtta janu sirsasana, upavistha konasana, paschimottanasana. 

Fase premenstrual:

Día 21 a 28 del ciclo, o hasta que aparezca el sangrado.

Arquetipo: hechicera (lawentuchefe)
Esta es una etapa de mucha creatividad, aunque nuestras energías empiezan a decrecer hacia los días de menstruación. Es un período de cambio, de intensidad y descarga de energías, remite a la sabiduría de la mujer-medicina. También se la conoce como la etapa de la transformación, de la alquimia.
Es un momento para ir menguando hacia nuestro interior, de a poco vamos bajando las energías para prepararnos para la siguiente fase.

¿Qué le pasa a mi cuerpo?
Al no haber fecundado el óvulo, el tejido endometrial comienza a desgastarse, el cuerpo comienza a sentirse más “flojo”, 

En este período hay muchas mujeres que experimentan los diferentes síntomas bajo los que se agrupa el Síndrome Pre Menstrual. Este es un fenómeno muy poco estudiado y que afecta de diferentes maneras a cada mujer, y también va cambiando a lo largo de nuestras vidas. Algunos síntomas son: cambios de humor, irritabilidad, ansiedad, hinchazón, sensibilidad en los pechos, retención de líquidos.
El cambio hormonal genera distintos estados en cada cuerpo, es importante reconocerlo y poder acompañarlo amorosamente, sobrepasando prejuicios y estereotipos asociados a esta fase. A medida que nos vamos conociendo vamos pudiendo entender qué nos hace bien en este momento, dejando que aflore, desde el placer, la mujer hechicera que hay en cada una. 

¿Qué le pasa a mi mente?
Energía creativa-destructiva. Aumenta la intuición, conectamos con nuestra esencia más profunda.
Es un buen momento para observarnos más de cerca, visualizando cómo nos afecta lo que nos rodea y cómo nosotras afectamos nuestro entorno.

¿Cómo adapto mi práctica?
En esta fase de energías intensas, es bueno buscar sostener lo que creamos con anterioridad.
Muchas maestras recomiendan la práctica de Saludos al sol, profundizando en esta meditación en movimiento. Esta práctica tiene un cierto grado de exigencia cardiovascular y es un buen  trabajo para aumentar nuestra concentración en el  momento presente, nos permite equilibrar nuestro estado mental y anímico.
También es un buen momento para profundizar en las asanas de pie, trabajando así nuestra conexión con la tierra, enraizándonos.

Recomendaciones para experimentar:
Para el dolor menstrual son recomendadas las inversiones, nos ayudan a darle a nuestro útero el espacio que está necesitando: sarvangasana, sirsanana, halasana.
También nos puede ayudar descansar en viparita karani.
Posturas de pie: utthita trikonasana, utthita parsvakonasana, uttanasana, ardha chandrasana, prasarita paddotanasana.