La fascia es un tejido conectivo fibroso que permite que los músculos se muevan libremente junto a otras estructuras y reduce la fricción.

Está presente en todo el cuerpo. Se encuentra inmediatamente debajo de la piel, alrededor de los músculos, grupos de músculos, huesos, nervios, vasos sanguíneos, órganos y células. Rodea y penetra todas las estructuras del cuerpo que se extienden de la cabeza a los pies.

Aunque cualquier persona ve a los músculos como una unidad (el bíceps, el cuádriceps, los abdominales, etc), cada músculo está compuesto por muchísimas fibras musculares, cuyas contracciones en forma conjunta generan los movimientos.

Las fibras musculares de cada uno de tus músculos no están sueltas por tu cuerpo, sino que están recubiertas por fascia muscular.

La fascia sostiene los músculos juntos y los mantiene en el lugar correcto, los separa para que puedan trabajar de forma independiente el uno del otro y proporciona una superficie lubricada para puedan moverse suavemente uno contra el otro.

Sin embargo, en los últimos años se ha empezado a avanzar en otras funciones importantes de la fascia…

 Así, la fascia muscular podría contraerse, sentir y afectar la forma en que nos movemos y responder al estrés en forma inconsciente.

Además, la fascia también es una fuente potencial de dolor.

 El dolor que se origina en la fascia se expresa de manera diferente al dolor que se origina en los músculos y la piel.

Por su parte, la rigidez y el engrosamiento de la fascia con el uso excesivo o alguna enfermedad, puede dar lugar a inflamación crónica del tejido y dolor continuo.

 La inactividad, las lesiones, pasar demasiado tiempo sentados y otros malos hábitos, puede generar que existan adhesiones entre las fascias musculares, que pueden evitar y/o dificultar que los músculos se muevan libremente.

Esto puede conducir a una rigidez o tensión que limita el rango de movimiento de los músculos.

La realización de estiramientos adecuados, los masajes, y actividades de movimiento consciente, pueden contribuir a mantener los músculos y su fascia en buen estado de funcionamiento y evitar estas adhesiones. 

El estudio de la fascia en la anatomía actual, genera un nuevo conocimiento sobre la conexión de todo el cuerpo. Nos brinda la idea concreta de que el cuerpo funciona como una unidad, y también nos habla sobre la existencia de la  conexión cuerpo – mente de la que trata el Yoga hace ya miles de años.. 

Poniendo también de manifiesto, que el estado de la fascia indica cómo son nuestros patrones de movimiento y que estos se construyen a través de nuestra historia emocional, respondiendo a patrones de pensamiento. 

La práctica de Yoga nos brinda la posibilidad de modificar estos patrones y acceder a nuevos lugares en cuerpo y mente para nuestro mayor bienestar, dando más espacio a nuestro Ser espiritual.